lunes, 29 de noviembre de 2010

ESCENA DE MUERTE (ERES NUESTRO NO.9)

IV- Escena de Muerte
El momento en que volvió a su habitación será para este muchacho uno de esos momentos en que la vida parece ir en cámara lenta y en que recordará cada detalle hasta que muera, la respiración agitada de Jessica a su lado, sus dedos fríos entre los de ella más fríos aún que le hacen saber que a veces si es agradable caminar de la mano de alguien, el rechinar del piso, cuya alfombra silenciaba sus pasos, el entrar de la llave y el girar de la perilla, la luz del pasillo entrando con la puerta apenas abierta de su habitación y cuando encendió la luz… Pensó que aquello desaparecería… que era parte de un sueño… también pensó que no volvería a verlo pero ahí estaba… Layla más pálida que cuando la dejo en la mañana, más pálida incluso que la mujer a su lado a la que le sostenía la mano que era la mujer más pálida que conocía, la sangre seca en la alfombra, y en la piel y el vestido de ella. Pero algo no marchaba bien, o eso pensó cuando notó que no despedía un hedor putrefacto sino que por el contrario, el perfume de la muerta aún estaba presente en la habitación, un aroma floral muy dulce que a ella le sentaba bien en vida y parece que también en muerte.

Jessica aprieta su mano con más fuerza, ahora suda pero sigue estando helada. De camino a casa él ha pensado como deshacerse del cuerpo, y decidió que la va a envolver en la alfombra ensangrentada, la va a echar en la cajuela y la va a tirar en un kilometro lejano de alguna carretera, o quizás en la barranca. Pide a Jessica que le ayude a envolverla y ya la lleva en el hombro, tiesa y fría, y ya la deposita en la cajuela. Mientras cierra, divaga, ¿Fue más fácil de lo que creyó? Todo indica que sí pero aún falta tirarlo en las afueras ¿Era necesaria la presencia de Jessica? De eso no le queda duda, solo falta darle otra explicación, la notó con ganas de llorar cuando descubrió el cuerpo y no quiere que se ponga mal, ya ha tenido suficiente en los últimos dos días.

Sube las escaleras y ve a su amiga sentada en su cama con la cabeza agachada, se inca ante ella y le levanta el rostro, está rojo y de sus ojos brotan las lágrimas, ella se quiere cubrir pero él no la deja, se pone en pie de nuevo y la pone de pie, la abraza con fuerza y le acaricia el cabello. Está consternado por ella. No sabe que decirle, parece que mentirle le va a costar más trabajo. Aún no se arrepiente de haberla involucrado en este asunto; ni de no contarle la verdad sobre Layla.

--- ¿Qué fue lo que pasó Till? --- Habla sollozando, con dificultad.
--- Ella entró a mi casa, yo no le hice nada, ella se… se mató sola, créeme, yo no la conozco ni sé… ---Sí, mentir es más difícil cuando sientes lástima por el engañado, pero no es imposible--- ni sé porque entró aquí… créeme ---Till en tono de justificación.
--- ¿Donde está Christa? ¿Por qué no le pediste ayuda a ella, la engañabas?
--- Terminé con ella y no quiero hablar de eso será mejor que… ---Till se interrumpe, ha escuchado ruido, alguien abre la puerta y…

--- ¿Till? ¡llegué! ¿cenamos?
El joven se alarma, su pulso se acelera y tiene frio. La voz de su padre le hace saber que está en problemas, se siente terrible porque quería arreglar lo de Layla antes de que él llegara y ahora lo encuentra en plena acción, con un cadáver en la cajuela. No quiere culpar a Jessica por retardar todo pero le es difícil no hacerlo.
--- ¡Christa te busca no la hagas esperar! ---Agrega el padre despreocupado.

Till está en shock, “¿Qué hace Christa-Davela aquí? ¡Como se atreve!” Se olvida de las impresiones de Jessica, quien luce desencajada, y cree que es buena idea llevarla consigo para limitar un poco la posible actitud retadora de su todavía novia. Parece que arrastra a Jessi por las escaleras, ella se deja llevar, no pone resistencia, todo sea por su sueño hecho realidad, por su Till. Till todavía no sabe cual va a ser su actitud ante Christa, está Jessica, quien le ayudará a que ambos guarden las apariencias acaso haciendo como si nada hubiera pasado en el antro de Alos, también está su papá, quién se ha llevado bien con Christa-Davela incluso desde antes que fuera la novia de su hijo, será un tenso reencuentro con la mujer a la que, a pesar de todo, todavía ama.

Ya bajaron las escaleras y se dirigen a la cocina, dan la vuelta por el pasillo y...

6 comentarios:

  1. Till ha sido un maestro en tejer finos hilos de marioneta sobre los brazos, piernas y corazón de Jessica, títere por definición en tu relato.

    Interesantes hilos los que tú también has tejido en este relato.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  2. Marisa, gracias por leer y por comentar. En lo personal me desagrada Till, por la forma en que utiliza a Jessi, mejor hubiera sido confesarle sus intenciones reales, éstas serían algo así como "sólo te quiero a mi lado para darme fuerza, no te amo y no te amaré jamás"!

    Saludos en tono fraternal y nos leemos en el futuro!

    ResponderEliminar
  3. Me encanta lo rocambolesco de la historia, su pulso, y esos personajes, no me cansaré de decirlo, que se te enganchan y ya no puedes prescindir de ellos...! Es curioso, pero siento simpatía por todos, con sus flaquezas, sus reacciones...

    No quiero presionarte, pero ya sabes cuál es mi pregunta...¿para cuándo el siguiente capítulo?????? :-D

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  4. Gracias por leer y por hacer saber que leyó señor Ados, amistosas muestras de afecto!

    ResponderEliminar
  5. MERCEDES:
    Jejeje rocambolesco es una palabra que encaja perfectamente en este caso! Para el próximo lunes 6 se publica el número 10 (si mis planes salen bien, desde luego)!

    Enérgico abrazo a manera de agradecimiento!

    ResponderEliminar

Son de la misma sección...

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...