jueves, 11 de agosto de 2011

DEME 20 PESOS Y ALIMENTARÉ SU MORBOSA FE

EL HADA O "MIJA, YA NOS VOLVIERON A ESTAFAR"
Puras Mortalidades 
Manual para entender a la gente normal (no.7)
Imagen que el señor Dáltanos se sacó de internet
¡Por Venus!, resulta fascinante, la capacidad de los mortales para creer. Sí, tener fe es una capacidad humana, pero digamos que en los mortales llega a ser un exceso que cuesta caro. "No es negocio", diría mi abuelita, son demasiado humanos, diría yop. Luego me acuerdo que me dedico a leer el Tarot, que me llevo los tacos a la boca con los billetes que me dan mis clientes/humanosdemasiadohumanos y me pongo nerviosa y titubeo... pero no se lo voy a confesar a nadie. Guiño.

¿INCAUTAS?
Las estrellas me hablan y entro en trance, imagínese que hago voz de sesión espiritista: Ai tienen a un par de amigas jovenzuelas, que tienen catorce años cada una (seguro están en temporada de ensayos para su vals y su baile alternativo ahora que van a tener su fiesta de quinceañeras, ese evento tan paradigmático, guiño) formadas en una fila de cincuenta personas, apostadas en las afueras de una casa, asoleándose; han faltado a su trabajo y cada una arruga entre sus manos la cara del gran Benito Juárez (separar la Iglesia del Estado hace dos siglos le valió aparecer en los billetes de veinte pesos mexicano y su nombre invariablemente en calles de cada ciudad y pueblo del país).

"¿Qué esperan? ¿Van a comprar algo? Qué irresponsables, ¿Por qué faltan al trabajo?" te preguntarás y te quejarás, curioso lector, y yo te responderé con malicia: "Comprarán fe" y tú me increparás con un dramático: "¿Y esa dónde se vende? ¿Cuánto cuesta alimentar un alma ávida de magia?" y yo catedráticamente sentenciaré: "Bueno pues, no comprarán fe, la verdad es que la necesidad de salirse de lo cotidiano y rozar lo trascendente es un fuego que deben alimentar con papel moneda", y tú me mirarás con recelo muy dubitante y yo sonreiré y celebraré calladamente segura de haber logrado mi cometido: molestarte a cambio de unos billetillos.

LOS HECHOS:
- ¿Qué hacen aquí paradas, muchachas guajolotas, no deberían estar desgastando sus cuerpos durante doce horas haciendo tareas monótonas para una empresa transnacional?
- Hola Aznat, ya estamos haciendo algo de provecho, verás, estamos aquí formadas porque ahí adentro de esa casa hay un Hada.
- ¿Qué has dicho?
- Como lo oyes, Aznat, en esa casa hay un Hada.
- ¿Y de dónde carambas salió el Hada?
- Un hombre la capturó.
- ¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿De qué sabor?
- Pepe, ¿se acuerda de Pepe?
- Ah claro, Pepe, el muchachillo ese que se junta con sus amigos aquí a la vuelta para fumar marihuana y que siempre está buscando una forma para ganar dinero fácil.
- Pues ese mismo es el responsable de ello.

Qué le digo aguerrido lector, no suelo reírme de los mortales, el señor Dáltanos me ha dado clases de como respetar la estupidez ajena (ok, no), pero resulta difícil no reírse en la cara de quien sostiene sus creencias con pincitas (y pincitas ajenas para acabarla de chingar), así que traté de recetarles un reductio ad absurdum chabacano:

- ¿En verdad faltaron a su trabajo, no han comido y se quedarán aquí en pleno sol de país latinoamericano para ver un hada que capturó Pepe, el jovenzuelo ocioso que se junta con sus amigos aquí a la vuelta a fumar marihuana y que siempre está buscando la forma de ganar dinero fácil.
- Así es Aznat, olvidaste mencionar que además pagaremos veinte pesos por ello. Verás, Pepe estaba cazando víboras en un guayabo cuando pudo ver un ser de luz a su alrededor, cautelosamente estiró la mano y logró capturarla. Ahora la tiene en un frasco de formol, en su casa, y cobra por ver a este ser mágico, le han ofrecido dinero, miles de dolares, pero él no la vende, porque si la vende, puede que le sucedan cosas malas, cosas muuy malas...

¡¡Y Juárez sigue siendo arrugado EN MUCHOS SENTIDOS por las manitas de estas muchachillas!!

¿EXPLICACIÓN?
Iba a pagarle a un experto en Religión discípulo del gran Mircea Eliade (si no lo conoce pregúntele a doña Wikipedia) para que nos explicara a todos la escena anterior y relacionara lo rentables que pueden ser los negocios de la fe (¿alguien dijo Iglesia Católica?), pero como muchos me tacharán de incauta y compañera de Pepe, el jovenzuelo ocioso que se junta con sus amigos aquí a la vuelta a fumar marihuana y que siempre está buscando la forma de ganar dinero fácil, decidí gastar el espacio que me queda adjuntando un video que lo explica todo, bueno bueno, fui ambiciosa, sólo da sustento a este artículo. Lo vendré repitiendo hasta el hartazgo: Que los incautos se multipliquen por millón, no los autoriza a ignorar, señalar y hasta burlarse de los pocos cautos que aun quedamos. Nosotros, los cautos que aún quedamos, estamos ahí para llamarlos al orden, reírnos de ellos, usarlos como objeto de estudio, o ponerlos de pretexto para publicar un artículo, y cobrar veinte pesos a los lectores que se dejen. ¿Y bien, amable lector, va a pagar con billetes grandes?


Video producido por MURAL, diario local.

¡Diviértanse a costa de lo ajeno pero no le jodan la vida al prójimo (Si pueden, y quieren, diría el oscuro)! 
Aznat Lefoi, ¡con sumo respeto!




lunes, 1 de agosto de 2011

CORRESPONDENCIA DE OTRO MUNDO

Pues que después de unas obligadas vacaciones y un periodo de rediseño este blog vuelve a la carga. ¡Así que esperen visitas en sus respectivos espacios de escritura virtual y entradas daltanezcas en este Reino amigos lectores!

No he encontrado una forma alterna de cargar canciones propias ahora que el mixpod ya no lo permite :( así que pego un link de myspace que contiene la canción que va con este cuento, por favor, vayan a él, esa música nació con lo que sigue:
http://mx.myspace.com/lygofiliadeathrock



La última carta del enfermo que gritaba en esta esquina
Cuentos al Chile (no.8)

La carta del antimundo - De D.J. Remus.
Domingo 25 de septiembre de 1966, Guadalajara Jalisco, México.

A mi querida doctora:

Me iré pronto, así que le respondo la última pregunta que me hizo. Lo recuerdo vagamente, pero no lo puedo olvidar. Juego de pelota con mis primos mientras calor sofocante en la calle. Y entonces, mi primer síncope. "Síncope es la pérdida temporal del conocimiento causada por episodios en que la sangre deja de fluir al cerebro", me explicó en nuestra primera entrevista. Estas categorías deshumanizadoras. Pero entonces yo no sabía lo que me pasaba, no era más que un niño. 

Primero me sentí mareado, después mi vista se nubló, y luego sentía que flotaba, que me caía para atrás. Y luego no recuerdo nada. O bueno, recuerdo alucinaciones, a las cuales no les di mayor importancia, cosas normales dentro de lo anormal, porque hay que estandarizar lo extraordinario para poderlo explicar.

Dos veces por año me daban estos ataques, a mis padres les parecía cosa normal pues nunca me llevaron al médico. Esa actitud siempre me pareció sospechosa, a veces creía que no me querían, después supe porque su descuido, o más bien resignación. ¡Malditos! Si tan sólo me lo hubieran dicho todo, no sería quien soy, sino quien quería ser.

Yo no pertenezco a este mundo, no formo parte de él. Pertenezco a otra realidad a la cual voy en cada uno de esos ataques. Mi padre es el rey de las falsas casualidades, dueño de la ciudad de las sombras, allá en el antimundo. Debí comprender mi destino desde aquel primer síncope. Fue en ese episodio que mi padre, el del antimundo, se presentó ante mí, y me lo explicó todo. Y ahora seguro te estás riendo de mí, acusándome de loco. Como si no te conociera. 

Pero no estoy dispuesto a seguir guardando este secreto, me ha costado acusaciones, encierros, burlas de los otros, sedantes, intervenciones quirúrgicas, maltratos. ¿Es que todo ello me ayudaría a vivir en este mundo? ¿Era la verdad más dolorosa que esta vida?


Bueno, el tiempo me alcanza, comenzaré diciéndote que los avances de la física en este mundo están muy alejados de mi mundo. La razón es muy simple, somos invisibles a esta realidad, ustedes no pueden interactuar con el otro mundo, no pueden influir en él de ninguna forma. No existimos en su mundo. Dicho lo anterior, debo prevenirles sobre lo que les espera, he dicho que somos invisibles a esta realidad, pero ustedes en cambio son visibles en la nuestra. "Podemos influir en ella, y lo haremos", por ello mi padre pudo hablar conmigo. Los vigilamos, miramos sobre sus hombros cada una de sus acciones, ahora mismo seguro sientes una presencia detrás de ti, pídele a tu dios que sea yo, porque si es mi invisible padre, dejarás de existir pronto, muy pronto. ¿Me sigues invitando a integrarme a este mundo, doctora? Ya veremos quien es el enfermo cuando simplemente no puedan encontrar mi cuerpo, el cuerpo del enfermo que gritaba en esta esquina.

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