martes, 28 de septiembre de 2010

EN EL REINO... (NO.2)

SOBRE COMO DEMONIOS ES POSIBLE "SER" EN LA CONSTRUCCIÓN.
EN EL REINO...
... sucede que cuando uno intercambia palabras lo que intercambia en el fondo es significados, formas de ver la realidad, posturas. En el reino sucede que uno tiene la oportunidad de formar posturas en el momento en que conoce las posturas ajenas. De ahí resulta que en el reino no nos quedemos con nuestras posturas, las expresamos, las moldeamos, las vamos transformando en el instante en que las estamos esgrimiendo. Podremos ser muchas cosas aquí, lo que no somos: amantes de lo inmutable, fanáticos, mentes encerradas.

Uno de nuestros pasatiempos favoritos es conocer personas, vagar por la ciudad, observar atentamente y hacerle notar a los interlocutores propios o ajenos lo asombroso que puede ser lo que ellos entienden por cotidiano. La dinámica de los mortales en toda su expresión. Vida cotidiana.

En el reino construimos conciencia, no por mera ociocidad, diversión o labor social, construimos conciencia sobre el individuo y su entorno por mera ociocidad, por diversión Y por labor social, es decir, lector despistado, lo hacemos por todas las anteriores juntas, no por una O por otra. Consejo al margen: Deshágase de las disyuntivas que le estorben.

En el reino, si quieres ser inmortal, necesitas reconocer que lo que tienes, lo que haces y lo que eres, no es algo inmutable, natural, estático y perpetuo. Necesitas romper un mundo, y este es el mundo que te entregaron cuando naciste. Todos los juicios, todos los prejuicios, todas las creencias, todos los conceptos, todo lo que te dijeron y que tomaste como cierto, pon todo eso en duda, derrumba edificios mentales, morales, filosóficos, mírate al espejo y preguntate: ¿Qué de todo esto quiero en mi vida cotidiana?

Así que adelante, a ser en la construcción, te esperamos con los brazos abiertos, aquí en El Reino.

sábado, 25 de septiembre de 2010

ERES NUESTRO NO.1

HOY, HOY, Hoy inicia la novela por entregas más intrigante que jamás ha existido! No bueno, exagero "un poco" pero lea usted y dese cuenta. La titulo: Eres Nuestro! Disfrute el primer capítulo.

I- Gus ha muerto

“¡Ahí, la incertidumbre!”



Se te presenta por doquier la sentencia, infame sentencia, corres, huyes, gritas. La sentencia permanece exultante. “¡Eres nuestro!”

“¡Ahí, la incertidumbre!”


Caminabas rumbo a casa pensando en Gus cuando un camión va pasando con un enorme letrero publicitario adherido que reza: “¡Eres nuestro!” Abres los ojos sorprendido y lees y relees el letrero gigante que tienes en frente. El camión se va llevándose el letrero y tú lo miras atónito tratando de descifrar, de encontrar un punto de coincidencia.


Al grano. Tú viste morir a Gus, ¿recuerdas? Ibas para tu casa, lo encontraste corriendo en una noche, parecía salir de tu casa, huía, lo seguiste gritando su nombre, recuerdas que fue la única vez que le llamaste Gustavo, en un intento desesperado por hacerlo parar para que te explicara porque que demonios corría.
Llegaron a un terreno baldío cercado. Lo alcanzaste, estabas bien nervioso, no sabias que estaba pasando, por que Gus corría, llegaste a pensar que huía de ti. Pero huía de alguien más y tú te diste cuenta demasiado tarde, cuando detrás de ti sonó una canción, te volteaste y viste a un hombre de sombrero haciendo un movimiento sobrehumano con su mano, había lanzado un cuchillo. Si, lanzó un cuchillo e hirió de muerte a Gus. Corriste aterrado a ayudarlo mientras la música seguía sonando. Lo tomaste entre tus brazos, luego miraste al asesino que permanecía quieto mirando la escena de tu desgracia. Te llenaste de rabia ¿Lo recuerdas? Él sonreía, sus dientes brillaban en la oscuridad, su mano sostenía un artefacto a la altura de la oreja izquierda, era el reproductor de música. Era la canción, la canción que aún recuerdas, que te recuerda la muerte de Gus.


El asesino partió, sus pisadas rápidas sonaban como metal chocando contra metal. Revisaste el pulso de Gus. Revisaste su herida. Era demasiado tarde, había muerto, tú lo viste todo. Ahí está el meollo del asunto, tú viste morir a Gus. El mango del cuchillo, te estremeció, ¡era un dedo humano!, lo examinaste como si Gus ya no importara. Sí, el mango era un dedo humano, largo y grueso, pálido. Usaste tu teléfono para pedir ayuda pero entonces sucedió: ¡Gus tosió! Lo miraste con alivio, no estaba muerto después de todo. ¿Lo recuerdas? Gus comenzó a reír sin parar, el recuerdo aún te estremece porque se trataba de tu mejor amigo regresando de la muerte solo por un instante para reír como nunca lo habías visto reír en vida. Era como una burla, como si se riera de ti porque pensaste que estaba muerto. Era como si todo aquello fuera una broma pesada y como si Gus ya no aguantara las ganas de reír. Lo más desagradable fue su mirada, esos gestos frenéticos cayendo salvajemente sobre ti y grabándose en tu memoria hasta el final de tu vida. Porque ¿jamás lo olvidarás, verdad?


Un destello en el cielo, como un rayo, interrumpió su risa y te hizo deslizar las manos en automático sobre tus orejas, como cuando eras niño y temías a las lluvias, para evitar el trueno. ¡Pero que sorpresa! Esta no era tu infancia ni era época de lluvias, de aquello solo el destello aparecía, y tú miedo infantil a los escandalosos rayos. Súbitamente Gus tomó el cuchillo con mango de dedo humano y se lo volvió a clavar en la herida diciéndote en un grito apenas audible: “¡Eres nuestro!” ¿Lo recuerdas? ¿Lo recuerdas Till?


Y ahora ese letrero gigante pegado al camión que viste partir te traía demasiadas preguntas. ¿Qué quiso decir Gus con eso? “Eres nuestro” “¿Eres nuestro?” ¿Por que actuó de esa forma? ¿Por qué se volvió a clavar el cuchillo? ¿Por qué el dedo humano? ¿Por qué el destello repentino? ¿Por qué el hombre de los dientes luminosos? ¿Por qué la música? ¿Por qué Gus? Incertidumbre.

viernes, 17 de septiembre de 2010

EL DAÑADO NO.3

En cierta ocasión caminabamos el dañado y yo por una callejuela, a las afueras del mercado Libertad (de San Juan de Dios, que así le dicen los mortales). Le explicaba las razones por las cuales usaba como bastón lo que los mortales llaman sombrilla. Repentinamente pasa un pequeño niño con cara de angustiado, usando muletas y con el rostro sucio. 
"¿No hará nada por sus apreciados mortales?" espetó en tono socarrón el dañado. "Estoy trabajando en un cuento y un poco de mermelada para él" le respondí sereno. Con sarcasmo reviró "Cuentos y mermeladas, ingeniosa y rápida forma de evitarle el sufrimiento" Se detuvo a pensar. Agregó con burla: "Pensándolo bien, quiero colaborar con usted, le haré un cuento a ese niño, ¿como se llama?" "Carlos". A la semana siguiente, con jovialidad inusitada en él, me entregó lo siguiente

CUENTO DE HADAS PARA CARLITOS

Dead and the Maiden, de Laurie Lipton


Hubo una vez en un futuro lejano, un papá intentando hacer dormir a su chiquito con una historia de hadas. El papá probablemente comenzaba así:
--- Hubo una vez un niño con una herida en el costado izquierdo buscando refugio lejos del sitio en que la herida fue proferida. Hubo una niña que miraba como la camisa blanca del sangrante se teñia rápidamente de rojo. Hubo un lugar cerca del paraíso terrenal, en que los fieles oraban furibundos a sus dioses, para que descargaran su ira sobre los enemigos religiosos. Hubo un tiempo en que la otredad no era sinónimo de peligro, no era pariente de la cautela.
--- Lo hubo papi.
--- Espero que sí pequeño Carlos, espero que sí.

Hubo una vez un niño cuya vida pendía de un frágil hilo. Hubo una niña que le lloraba mientras trataba de evitar la salida de la sangre. Hubo un hombre preocupado por capturar el momento para contárselo a todo el mundo, cada detalle, cada lamento, cada segundo final de aquella triste e ínfima vida. Hubo un lugar lejos del mar en el que los habitantes no se cansaban de oir historias trágicas. Hubo un tiempo en que los golpes dolían, las heridas mataban el alma, y el asombro, oh pequeño Carlos, el asombro no tenía fin.

Hubo una vez un niño que agonizaba ante más de un millón de personas, hubo una niña que miraba aterrada aquella escena de absurda indiferencia. Hubo un hombre interesado en guardar la imagen en una caja negra. El niño muere, la niña llora, la gente mira. Hubo un lugar perdido en medio de la neurosis. Hubo un tiempo en que la sangre nos angustiaba, la muerte nos dolía, el niño agonizante no nos era indiferente. Fin.

--- Buenas noches papi.
--- Buenas noches pequeño Carlos.


lunes, 13 de septiembre de 2010

HISTORIA PARA QUÉ? (NO.2)

HISTORIA PARA CONTAR Y CONSTRUIR UNA VIDA
Creo ser un ser demasiado internado en la autoconciencia (característica positiva y negativa al mismo tiempo), lo cual me ha dado pie a tener ya un relato preparado para contar mi historia. El estudio de la historia y la forma en la que ésta se escribe, aunado al hecho de que me encanta escribir, sólo han reforzado y hecho más finas mis capacidades para relatar (y mi fascinación por esta tarea).

Nací en Guadalajara en 1986, siendo el cuarto hijo de un matrimonio al que nunca me toco ver unido, porque mis padres se separaron desde no sé cuando (habrá que preguntar próximamente). Dicen que fui un niño muy tranquilo, que permanecía callado y sentado mucho tiempo, yo no lo recuerdo. No recuerdo como era la primera casa en la que viví, recuerdo la segunda, a la que llegamos en 1990 cuando yo tenía 4 años. De hecho mis recuerdos comienzan en 1992, a mis 6 años, creo que se debe a que antes de esa fecha casi no hay fotos y por lo tanto no tenía yo fuentes tan certeras para afianzar una historia de vida. Después de 1992 hay muchas fotos que me dediqué a ver de vez en cuando y las que me ayudaron a mantener recuerdos (he ahí la razón por la cual me encanta tomar fotografías). Fue en 1992 cuando nació mi hermano menor, Daniel, quien representó para mi yo niño todo un acontecimiento, pues sería la persona con la cual compartiría mi infancia, ahora que escribo esto creo que esa es otra razón por la cual mis recuerdos arrancan en ese año (Gracias Dany).
No fui un niño normal, lo supe siempre que me comparaba con los otros niños. Creo que el hecho de estar en una ventana observando secretamente a los otros niños jugando como niños normales me hacía un niño anormal.

Dicen que después fui un chico religioso, sólo porque me encantaba ir a misa los domingos.

Digo que era un niño imaginativo, porque jugaba con muñecos de acción (a los que llamaba monos) y les creaba historias, y relaciones y eventos. También me divertía jugando futbol, y jugando futbolito con un genial sistema que desarrollaron mis primos Beto y Carlos.

Mi vida cambió, por primera vez, a los 13 años con 7 meses y 10 días. Un accidente me dejó en cama por algunos meses. El año 2000 llegó de forma funesta, el abuelo murió, mi hermana Clau, que es mi segunda madre, se cambió de casa, y yo dejé de ser un chico religioso. Fue un año complicado, todo fluctuaba.

Los siguientes años fueron para construir, establecer, dar sentido, el cual no encontraba después de los problemas con Dios y la vida que había llevado hasta entonces.

Ahora mismo sostengo que todo esto ya ha sido pensado y clasificado, quizás en ese momento ni siquiera sabía que estaba buscando algo estable, pero desde acá, donde ahora estoy, parece que sí, así que qué más da, si así se construyen las historias, ¿no? Desde el presente.

Como me propuse hacer solo dos cuartillas seré breve con la que considero mi segunda vida. Quizás párrafos breves con ideas principales.

Mi segunda vida empieza a los 14 años, con 3 meses y unos días.

Tuve que repetir la secundaria, pero fue conveniente, ya que mis notas mejoraron notablemente.

Comencé a vestir de negro por influencia de mi hermano mayor, Juan, pero con el tiempo me descubrí vistiendo de negro porque me parecía que dicho color revelaba una profundidad que iba de acuerdo con mi forma de ser, siempre indagando en mi interior.

Luego llegaron mis anillos, a los que llamo: los anillos de poder, cada uno con su significado y su nombre, y que son pieza clave en mi vida. Estos fueron elementos que uno de joven suele usar para distinguirse del resto, para reconocerse como único.

Descubrí la expresión a través de la escritura a los 17 años, tratando de aclarar mis ideas, mis temores, mis gustos, las ideas, temores y gustos de los que me encontraba mientras me dedicaba a apropiarme del centro de la ciudad a pie. Imaginar es gratis, lo supe entonces.

Descubrí la literatura a los 17 años. Un mundo se abrió ante mí. Tolkien es especial por ello. Luego leí a Nietzsche. Creo que me precipité.

Me enamoré por primera vez a los 18 años. Y me descubrí como un romántico fatalista.

Conocí a Hermann Hesse también a los 18 años. Y a Kafka y a Goethe. La vida no sería la misma sin él, sin ellos

Me enamoré de la Cultura Alemana. Bach, Mozart, Nietzsche, los mismos escritores arriba mencionados. Y sí, también Rammstein y Lacrimosa.

Llegó el momento de elegir una carrera. El futuro se me presentaba inalcanzable, no sabía que quería hacer con mi vida. Solo quería seguir leyendo, seguir siendo un alma solitaria en pena que se dedicara a vagar por la ciudad y no un alma solitaria en pena que se dedicara a vender su libertad. El plano laboral es algo con lo que de jovenzuelo tuve problemas, porque para mí no era más que eso, vender tu libertad. La diferencia es que ahora creo que en el peor de los casos uno la renta (su libertad), y en el mejor uno recibe dinero por dedicar su tiempo y esfuerzo a algo que adora hacer.

Decidí estudiar Historia. Mi objetivo inicial era “estudiar historia para ser un mejor ser humano”.

El estudio de la historia si me ha hecho un mejor ser humano, y me ha dejado con una sensación de responsabilidad social. Creo que a mí siempre me ha dado por hacerme el héroe.

Me enamoré por segunda vez. Encontré a la mujer de mi vida. Mi vida ha cambiado por segunda vez a los 22 años, con 5 meses y 18 días.

Esta mujer ha sacudido mi futuro. Y ahora todo se presenta tan definido y al tiempo tan retadoramente difuso.

Estoy construyendo una familia. Estoy construyendo una vida. Estoy construyendo una historia. Y creo que a esta historia aún le restan muchas páginas que habrá que escribir. Al tiempo sospecho que estoy viviendo mi tercera vida; y las que faltan… eso me gano por creerme inmortal.

HISTORIA PARA QUE? (NO. 1)

Han de saber ustedes que soy un estudiante de historia. Así es, historia. Cada que un mortal pregunta: "¿y qué estudias?" Al escuchar la respuesta se quedan algo pensativos, y después de un instante de dubitación sentencian: "¿O sea, pero historia de qué o cómo?" Es difícil tratar de explicarles qué estudia un estudiante de historia, sobre todo cuando la razón de su pregunta estriba en "hacer plática" que es muchas veces.

Explicarles que un estudiante de historia no sólo estudia la historia como acontecimientos históricos, que uno no está obligado a memorizar la historia de todos los tiempos, todas las cosas y todas las personas. El concepto que tiene el común de los mortales entorno a la historia, es lo que les tiene esperando de nosotros, los que estudian historia, las respuestas a todas sus preguntas sobre los "héroes de la patria". Uno al estudiar historia, también aprende a reconocer las formas en que se escribe la historia, y sobre todo (como sufrimos por ello) aprendemos a escribir la historia, a buscarla, documentarla y presentarla en bonitos escritos, presentaciones, cursos o/y videos. Luego hay otros que dicen: ¿Pero de qué te sirve estudiar historia? y otros dicen: ¿Pero estudiando historia te vas a morir de hambre, no?

Respuestas: ¿Me voy a morir de hambre estudiando historia? Me voy a morir de hambre estudiando lo que estudie, haga lo que haga, si no soy bueno en lo que hago.


Historia para lo que tú quieras. Historia para entrenerse un rato, para conocer el pasado, para matarse de aburrimiento, para contruir una sociedad, para destruir una sociedad, para hacer que los votantes me elijan, para jugar lotería, para vender libros, para organizar desfiles, para conocer mejor a mis amigos, para dar sentido a la humanidad, para elaborar discursos, para festejar el bicentenario de la Independencia de México, para subir artículos a un blog. Carencia de imaginación se necesita para no encontrarle usos a la historia. Cambie usted la palabra historia y póngale la que usted quiera: ¿Y para que sirve la soberanía nacional? ¿Y para qué sirve el descorazonador de manzanas?

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