martes, 28 de diciembre de 2010

AQUELLA CHICA QUE TENÍA DOS ALMAS DENTRO (ERES NUESTRO NO.13)

                                                         X - Doll
                                                        DELE PLAY Y LEA, PORFIS


Era una pesadilla. Despiertas Till. Ante ti hay una mujer sensual sosteniendo dos cadenas, te sonríe al verte abrir los ojos. Te dice hola con la mano. Otra mujer hermosa está hincada ante ella y también te mira, a través de un antifaz. Sientes una lengua pasando por tu abdomen. Descubres a Jessica, con el pecho manchado de negro, parece tener algunas letras, como una palabra escrita en su cuerpo. Te duele la cabeza y no sabes que está pasando.

--- Vamos Doll, reina, es para hoy --- Le dice la mujer sensual que sostiene su cadena. Y tú sientes que puedes dudar de cualquiera que conozcas, sientes que Alos tiene un brazo muy largo que alcanza a cubrir a todos tus seres queridos, que Jessica también es parte de ese grupo de desquiciados lacayos del asesino de Gus.

La incertidumbre pura está absorbiendo tu realidad, tus seres queridos no son los que creías. La mujer sensual, Silberstein, según dijo Christa antes de marcharse, disfruta tu sufrimiento. Luego te das cuenta que no estás sufriendo, que disfrutas cuando Jessica, o Doll, pasa su lengua por tu pene. Entonces puedes decir que Silberstein es parte de tu placer.

Confundido como pocas veces en la vida, intentas razonar. Fijarte objetivos es tu forma de resolver problemas, pero necesitas hablarlo con alguien para que funcione, y parece que ahora no tienes a nadie, Jessica es otra de las seis más buenas, otra más en la cual dejar de confiar. En cierta forma siempre lo supiste, por ello no te molestas en preguntarle que demonios está haciendo, su rostro revela todo menos la expresión de alguien que está siendo forzada a realizar actos contra su voluntad. Su boca que succiona con violencia te lo reafirma: Jessica es Doll, Jessica está con Alos.

Silberstein toma un recipiente pequeño y se acerca para dárselo a Jessica.  La competencia tendrá una ganadora, y esa será la que te resultó más odiosa. Alos podrá decir que sus métodos te rebasaron. Escapa. La palidez de Jessica frena un poco tu razonamiento, el rostro burlón de Silberstein tiene el efecto contrario. ¡Escapa!

Arrebatas las cadenas. Ahora tú eres el amo. Tiras fuertemente de ellas y escuchas como gimen de dolor,  como se les va el aire a Jessica y a la otra mujer que desconoces. Te lanzas sobre Silberstein pero ella ha sido rápida, te ha esquivado y te ha herido en el costado… ¡con un cuchillo con mango de dedo humano!

Escuchas como Jessica y la otra siguen gimiendo de dolor, mientras Silberstein alza la mano para asestarte otro certero cuchillazo. Sus ojos son frenéticos, grita:
--- Te lo advertí Tillcito, estás acabado mi rey. ¡Eres nuestro!
Esto te inyecta rabia, le arrebatas el cuchillo, y no sabes ni como la tienes a tu merced, de espaldas al suelo, con un gesto de seriedad que borra toda la imagen provocadora que se había forjado ante tus ojos. Pero tú no eres asesino, después de todo fue Layla la que se clavó el cuchillo, no tú. Así que mejor escapas de ahí cuanto antes.

XI – Tren
Son las 9:15 am. Till viaja en tren ligero. Silberstein pinchó sus neumáticos hábilmente y ahora él viajando en transporte público. Jessica le traicionó también. ¿Ahora que vas a hacer Till? Vengar la muerte de Gus sigue en pie. Irá a confrontar al enemigo. ¿Podrá? Lleva horas dando vueltas de norte a sur, de una terminal a otra del tren. No fue tan profunda pero aún así, la herida duele.

Y de pronto. Una camiseta le devuelve a la realidad. “Eres nuestro” dice la camiseta. De inmediato arremete contra el portador, un joven de aparentes 16 años que posiblemente se dirige a la escuela, quizás la preparatoria.

--- Me la regaló una amiga ---Responde el joven ante las preguntas de un desconcertado Till.
--- Están de moda, no soy el único, güey --- Till mira a su alrededor y en efecto. Camisas con el “Eres nuestro” en todas direcciones. Till luce como un maniático, acaso un paranoico. Piensa en como lo perciben los demás con ese comportamiento y se baja en la siguiente estación. Se frota el rostro. No se da cuenta que una hermosa rubia se ha abajado tras él siguiéndolo. Reni.

XII – Reni Levedad y Calma
--- Hola corazón, ¿puedo acompañarte? --- dice enternecida, la rubia.

Till no sabe porque se siente confortado con su presencia. Quizás porque se siente atraído, porque no la percibe como una más de los secuaces de Alos. Aunque sabe en el fondo que es igual que Christa o que la difunta Layla, o que Silberstein o ahora incluso Jessi. No alcanza a comprender que la diferencia es que ella no lo ha traicionado, como Christa o Jessi, no ha muerto sin poderla conocer bien, como Layla, y no es simplemente insoportable, como Silberstein. Ella ha sido directa con él, desde el inicio.

--- ¿Cómo te llamas?
--- Reni.
--- Siéntate Reni, necesito hablar contigo.

Reni tomó asiento. Llevaba unos pantalones para hacer ejercicio y una blusa rosa también para el ejercicio, que tenía también el estampado maldito: “Eres nuestro”.

Till recargo su cabeza en el hombro de ella.
--- No alcanzo corazón, estoy muy chiquita, mejor acuéstate en mi regazo.

Y éste obedeció como un niño, el dolor de cabeza pareció desaparecer después de unos minutos de silenciosa presencia de esa muchacha vivaz. Entonces Till habló:
--- Por favor Reni, dime que tenía que ver Gus con ustedes, ¿Por qué lo mataron? ¿Qué hay detrás de todo esto? Me estoy volviendo loco. Nada es lo que era.
Reni sonrió con una naturalidad que a Till le pareció inaudita dado el contexto, y miró al joven. Le parecía tan atractivo con su cabello desordenado y castaño claro, y su rostro serio, como enojado pero al mismo tiempo coqueto. Sus labios rosas y carnosos. Su frente amplia cubierta por el mismo cabello desordenado. La forma de su barbilla ligeramente, muy ligeramente, cuadrada. Quería abrazarlo y no soltarlo en todo el día. Sí, solo todo el día, Reni no será jamás de esas que piensan en el para siempre.
--- Te estaba buscando justo para aclarar tus dudas bombón.

4 comentarios:

  1. Tremenda pesadilla real la de Till, que junto al carisma de tu prosa y la música que le has puesto, se convierte en surrealismo puro con claves que gritan ser descifradas.
    Me has metido completamente en la onírica escena. Muy bueno.

    Besos, Señor Dáltanos.

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  2. La ambientación y la acción me superan! Haces que vea la película de los hechos en mi cabeza con una increíble facilidad. Y la banda sonora, negra, siniestra, amenazadora, sublime!
    Espero que en 2011 haya mucho más!!!! Te deseo un felicísimo año, señor Dáltanos!!!!!

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  3. Marisa, gracias totales por la lectura que haces de Eres Nuestro, por adentrarte en esta historia, tus comentarios aportan a este relato más de lo que imaginas!

    Beso sincero!!

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  4. Mercedes, me encanta la forma en que vives esta historia!! El próximo número contiene información impactante, así que atenta, jeej!

    Buenos deseos también para ti en el mañana, Besos!!

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